Las elecciones autonómicas y municipales en España pintan otro mapa político en ese país que ha pasado por una severa crisis.
Sí. La crisis es de credibilidad, de pérdida de hegemonía de las fuerzas que han gobernado España de modo alternado desde hace muchos años: el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español( PSOE).
Si bien el PP ( centro derecha) ganó las elecciones como primera fuerza, perdió muchos votos. En su espectro ha surgido una fuerza alternativa que se etiqueta de Ciudadanos y le disputa un espacio político. El PP paga los platos rotos de la crisis económica de y los escándalos de corrupción de estos años.
Al PSOE (centro izquierda), que sigue siendo la segunda fuerza por el momento, la coyuntura lo pone en posibilidades de hacer alianzas puntuales con los membretes dispersos de la nueva tendencia que ha surgido entre el centro izquierda y la izquierda: Podemos.
Aunque no con esa denominación, las coaliciones que se cobijaron en este grupo nuevo lograron resultados decidores como en Barcelona, debilitando al autonomismo de centro derecha de Convergencia y Unió, o en la misma Madrid.
La irrupción de Podemos quitó posibilidades de ganar mayoría absoluta al PSOE en varias jurisdicciones, arrebató escaños a la Izquierda tradicional más radical, Izquierda Unida, y se erige como una tercera fuerza dirimente.
Para las elecciones del Gobierno de noviembre los pactos parecerían una fórmula de alternancia viable, posible.