Las reclamaciones, que se multiplican, configuran otro síntoma de la crisis, que se pretende negar desde el poder.
La más fuerte ha salido esta vez del alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot. Este ha asegurado que el Gobierno central demora la asignación a esa ciudad de 26 millones de dólares. El monto corresponde a diciembre pasado. “Y eso que Guayaquil es el menos atrasado en la entrega de estos recursos”, ha dicho en una entrevista radial.
Las declaraciones del Burgomaestre porteño evidencian las penurias que soportan los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD), en especial los más pequeños, por causa de la dilación en el reparto de fondos estatales.
Como ya lo ha publicado este Diario, la mayoría de los municipios, prefecturas y juntas parroquiales depende para su operación de las partidas estatales.
La paralización de obras, el recorte de nómina y el no pago a tiempo de los sueldos de los empleados -con los consecuentes dramas sociales y laborales- son las secuelas más visibles. El retraso en la distribución de dinero se da cuando dos amenazas naturales de calibre -el fenómeno de El Niño y el virus del zika- se ciernen sobre el país.
Este contratiempo para los gobiernos locales se agrega a otro que encajaron a finales de noviembre pasado. Ese mes, la Asamblea Nacional aprobó la reducción de las asignaciones presupuestarias en la Pro forma de este año.
Un problema así debe ser resuelto con imaginación y celeridad.