La misión de delegados de la Oficina de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas está aquí.
La preocupación de los comisionados es, ante todo, recoger datos sobre las denuncias de vulneraciones a los derechos humanos durante los días de paro total y la toma de ciudades y bloqueo de carreteras.
Para que el informe sea completo y su mirada objetiva, y en ese sentido ayude a acompañar el proceso de pacificación social del país, es menester que el acopio de datos junte todos los elementos y las perspectivas.
Esto es, las medidas económicas, la reacción de los choferes y propietarios de buses, las marchas indígenas, la movilización espontánea y forzada de campesinos y el bloqueo a la movilidad y al abastecimiento.
Asimismo, los saqueos y los actos vandálicos, el manejo de las redes sociales para desinformar y encender las protestas, y la posible presencia de injerencia externa.
Otros aspectos importantes son los testimonios de los barrios asediados, la constatación de las ambulancias apedreadas y la suspensión de la Cruz Roja de sus tareas de socorro.
La lista sigue: los ciudadanos que perdieron la vida y los respectivos informes forenses, los heridos y detenidos, los secuestros de policías y militares, los autos atacados y las amenazas a la población civil.
Un renglón aparte son las pérdidas millonarias de la producción y los ecuatorianos sin trabajo estable que estuvieron varios días sin poder conseguir el pan para sus hijos. Ya existen informes preliminares sobre la destrucción de locales comerciales pequeños y plantaciones grandes.
Muy importante es que los delegados de Derechos Humanos reciban el testimonio de periodistas agredidos. La amenaza y ataques a medios de comunicación, la constatación, con pruebas documentales, de los intentos de toma de medios por parte de los manifestantes y los discursos que volvieron a encender la animadversión contra ellos .
Muy importante escuchar la voz de los indígenas y de sectores sociales, pero una tarea de esa envergadura debe reflejar a la sociedad toda.