Dos altos funcionarios de la Organización de Naciones Unidas estuvieron en Ecuador, en una misión que llega 16 meses después de los acontecimientos del 30 de septiembre del 2010, por pedido del secretario general, Ban Ki-moon.
Quizás la agenda de la ONU es muy apretada y llena de prioridades o la trascendencia internacional de la insubordinación policial apenas mereció una respuesta tardía, pero lo cierto es que los dos delegados del Secretario General, un argentino y un uruguayo, recién estuvieron en el país y hablaron con distintos actores. Cabe recordar que cuando vino el propio Secretario General del alto organismo internacional, fue el Presidente quien pidió interesarse e investigar los hechos.
El asunto tiene, desde la connotación que le da el Gobierno, gran importancia. No olvidemos que la versión oficial habla de golpe de Estado, y también se mencionó que hubo un intento de magnicidio. Este punto de vista trajo su polémica y la instauración de varias causas judiciales vinculadas a los hechos, a la permanencia del Jefe de Estado en el Hospital de la Policía y al rescate que costó vidas humanas.
La conmemoración del aniversario y los actos políticos que se prepararon fueron motivo de otra polémica.
La oposición se ha quejado de que los delegados del Secretario General no han escuchado versiones de distintos actores y testigos de los hechos; la versión gubernamental dice otra cosa. Durante tres días permanecieron los delegados de la ONU, y no es fácil juzgar si será tiempo suficiente para elevar un detallado informe al Secretario General. Solamente se espera un documento imparcial y objetivo sobre un episodio que le costó sangre al país y que pudo tener un desenlace de mayores proporciones.