El éxito del segundo periplo de un Jefe de la Iglesia Católica al Ecuador, entre el 5 y 8 de julio, dependerá, en gran medida, de la colaboración de los habitantes de Quito y Guayaquil, así como de los visitantes.
En la capital ecuatoriana, el papa Francisco encabezará 10 de los 12 actos oficiales programados en nuestro país. En la ciudad regirá una serie de restricciones, en particular en el ámbito de la movilidad, que será muy útil observar.
En concreto, las mayores limitaciones en el Distrito Metropolitano estarán vigentes entre las 00:00 del 6 de julio y las 24:00 del 7 de julio. Este día, a las 10:30, el Sumo Pontífice oficiará una misa campal en el parque Bicentenario, ante al menos dos millones de personas. Once días en total estará cerrado el parque al público.
La presencia de Jorge Mario Bergoglio no solo genera expectativa entre los fieles que residen en Quito y sus alrededores, sino también en otras ciudades ecuatorianas y de los países vecinos.
Cálculos moderados advierten del arribo de unos 200 000 vehículos adicionales al Distrito, que sin esos automotores ya padece de los molestos trancones.
Será importante que los moradores de las mayores ciudades del país, además de los visitantes, respeten las regulaciones adoptadas, particularmente en materia de tránsito y de seguridad.
Será también trascendente que las autoridades faciliten los accesos de las personas que residen en las zonas aledañas a los sitios en los cuales estará el Papa. Ambos aportes incidirán para que el viaje pastoral sea, en efecto, histórico.