Lenín Moreno viajó a Nueva York, sede de la Organización de Naciones Unidas. Allí el Mandatario participó en del período 72° de la Asamblea General.
La comitiva fue corta, cosa que la austeridad proclamada como política de Estado aconsejaba, y es, además el primer desplazamiento oficial.
Los viajes presidenciales deben ser los justos, con temas prioritarios para el país y lejanos del boato, las comitivas enormes y los gastos dispendiosos que se acostumbraron. Es importante la diplomacia directa pero con ideas claras y objetivos específicos distintos de la exhibición y vanidad personal.
El Presidente ecuatoriano sorprendió por su talante afable y su modo claro de exponer las cosas, distinto al tono estridente de otros discursos acostumbrados en este foro, su palabra se dejó escuchar. Moreno fue transparente al poner de manifiesto su posición por el fin del bloqueo a Cuba. Así mismo compartió mesa con el Presidente de EE.UU., Donald Trump. Es que un encuentro de esta naturaleza expresa la diversidad de la condición humana y es fuente de riqueza sobre distintas posturas políticas.
Las citas bilaterales, la presidencia de la cita del grupo G77+China y otras actividades oficiales del jefe de Estado y su comitiva rodearon a la exposición del punto que el Presidente consideró central: el programa Toda una Vida, el eje conceptual de su Gobierno para el que Moreno espera puntuales apoyos de la comunidad internacional.