La minería ilegal, bajo control de armados
Buenos Aires es un enclave minero ubicado en la provincia de Imbabura. La incursión armada preocupa.
Un estremecedor reportaje fue publicado por este Diario hace un tiempo sobre la minería ilegal en la zona. Ahora, a través de un nuevo trabajo periodístico se ha logrado establecer que el ‘control’ de la zona ha pasado de un grupo armado ilegal a otro de mayor calibre y ramificaciones.
La minería ilegal atañe a varios asuntos delicados. El primero es la precariedad de los mineros, trabajadores humildes en busca de una buena paga. Otro aspecto, tristemente atado a los campamentos mineros, es el de trata de personas.
La problemática ambiental, por supuesto, también está en cuestión, debido a que los métodos de extracción del mineral pegado a la roca son invasivos y contaminan las aguas.
La minería ilegal es un negocio jugoso y la actividad extractiva y el procesamiento del mineral es otro tema con aristas complejas. Este tipo de actividades son clandestinas y suelen asociarse a millonarios capitales, no siempre bien habidos.
Además de la explotación de seres humanos sin condiciones de salud y seguridad, otro asunto no menor es que no se pagan impuestos.
Una extracción mineral debe tener un marco jurídico con estrictos estándares de respeto al trabajador minero y al entorno natural.
La última denuncia es la existencia de armados de origen desconocido y la superposición de unos grupos sobre otros, lo cual entraña un serio problema de control territorial.
Este es asunto de orden público. La seguridad en todo el territorio nacional y la libre circulación de las personas es un problema de Estado.
No es aceptable que grupos armados ilegales se hayan tomado una zona del país e impongan sus condiciones y sus reglas a sus anchas, por fuera del control del Estado. Menos, mucho menos amenazas y operaciones clandestinas que afectan a las personas y a la naturaleza.
El Estado y sus fuerzas del orden están llamadas a regularizar las actividades en la zona, por el bien del país y los ciudadanos.