El Centro de Investigación Pew divulgó una cifra decidora. 11.7 millones de inmigrantes están en estatus de indocumentados. Eso ocurría un día después de movilizaciones de inmigrantes latinos en la populosa ciudad de Los Ángeles que intentan presionar a la Cámara de Representantes para continuar la reforma migratoria, ya aprobada por el Senado. El problema es que el Senado estadounidense tiene una conformación mayoritaria del Partido Demócrata, el mismo del presidente Barack Obama. Allí sí se dio tan importante paso, pero en la Cámara de Representantes la mayoría es del partido de oposición: el Republicano.
Los pronunciamientos en los últimos días mostraron las dificultades para el Presidente en obtener apoyos en la Cámara Baja.
La primera demanda de las protestas es que no se les llame de modo despectivo ilegales: No hay seres humanos ilegales. Ellos pugnan por que su situación se regularice en un país que ha sido conformado tradicionalmente por distintas corrientes migratorias. Otro de los puntos de la protesta es por el cese de las deportaciones, un asunto humanitario por el desgarro que produce en las familias.
Desde hace décadas cientos de miles de ecuatorianos viven en Estados Unidos, al igual que millones de personas de origen latino. Ellos construyen una minoría importante y se menciona que podría poner un futuro presidente.
El 5 de octubre las marchas se repetirán.