En el corto espacio de los lunes, el Presidente de la República anunció la voluntad de marcar un rumbo de austeridad.
Anunció que se venderá un avión presidencial (el anterior Presidente compró dos), se pondrá a la venta 330 bienes inmuebles que tiene el Estado y que son improductivos, así como los autos de lujo en manos de la cúpula de una burocracia que creció en número significativo durante la década del gobierno de Alianza País.
Además Lenín Moreno anunció que se rebajará los sueldos en un 10% a los funcionarios de mayor jerarquía. Ayer, el Ministro de Trabajo cifró en algo más de 7 200 el número de empleados públicos cuyos de ingresos se mermarán por estas acciones de austeridad impuestas por la crisis que antes se quiso ocultar.
Si bien estas normas austeras no tienen gran peso en el déficit que el Gobierno cifra para este año 2017 en USD 4 700 millones (sin contar con las otras obligaciones pendientes), la actitud es un ejemplo que contiene un mensaje.
Con la rebaja de sueldos se puede llegar a USD 30 millones de ahorro anual, según estimaciones del Ministerio del ramo. Con la venta de los inmuebles que ahora tiene en su poder el Estado se podría recaudar unos USD 107 millones. No se puede perder de vista que además se debe emprender en la titularización de varios bienes y empresas que anunció el Régimen saliente, así como en las asociaciones público -privadas. Un primer paso firme contra el derroche de todos estos años.