La noticia fue ampliamente divulgada por diario EL COMERCIO esta semana. El campo Sacha, en el Oriente ecuatoriano, pasa de 378 millones de barriles de reserva a un total de 621 millones.
Los expertos estiman que se vislumbra un horizonte de 30 años más de extracción en esos pozos.
La plataforma Sacha lleva ya 42 años en plena explotación. Sacha queda en la localidad de la selva amazónica de Joya de los Sachas, en el bloque 60 en el cual el país subdivide las áreas de explotación y perforación asignadas a empresas extranjeras, a la empresa estatal y a consorcios público-privados. Río Napo, que tiene a su cargo Sacha, es una asociación de dos estatales: Petroamazonas con el 70% y Pdvsa (Venezuela) con el 30%.
No habrá que soslayar en la extracción de estas reservas las técnicas de recuperación mejorada que Petroecuador ya puso en práctica en otras áreas y que ahora con el concurso venezolano se pueden optimizar. En Sacha se establecerán 11 plataformas y se puede llegar a 36 pozos en este bloque.
La noticia siempre es positiva, si de ampliar las reservas se trata. Y expertos consideran que otros campos -considerados como ‘las joyas de la corona’- pudieran ofrecer buenas proyecciones que no hay que descuidar.
El precio favorable del hidrocarburo puede verse alterado con la incorporación de las reservas de Irán, si su situación geopolítica sigue en proceso de estabilizarse, y frente al crudo de esquisto que Estados Unidos incorpora a gran velocidad.