Por la vida, la seguridad y la paz. Las voces de miles de personas resonaron en las calles y plazas de Ambato y Loja esta semana.
Dos horrorosos crímenes han vuelto a sacudir a la ciudadanía, que se encuentra en un grado de extremos dolor y sensibilidad por los actos terroristas y los asesinatos cometidos en las últimas semanas en la frontera norte
Su voz se alza con firmeza, ahora también solidaria, por las nuevas víctimas. En Ambato, el taxista Manuel Alarcón murió apuñalado con saña. Las imágenes fueron grabadas por transeúntes y por los sistemas públicos de seguridad.
La divulgación hecha por personas -ahora dotadas con cámaras en los teléfonos móviles – es incontrolable, pero llama la atención y merece una investigación la filtración de los videos de seguridad desde entes públicos.
Ambato protesta y pide por más medidas de seguridad. Con las voces que claman por justicia también han aparecido brotes de xenofobia por el origen del presunto autor del crimen, y ese es un sentimiento negativo que no debe expandirse, es una reacción irracional.
En Loja, una mujer joven murió y fue descuartizada, también apareció muerta su hija. Los femicidios crecen de modo alarmante en el país y la voz desde el sur también se deja oír.
Las autoridades deben garantizar la vida y la libre circulación de todas las personas en el territorio nacional. La seguridad es una prioridad en todos los órdenes y las demandas ciudadanas merecen ser atendidas; es prioritario.