El Digital News Report 2025, publicado por el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford, muestra una radiografía global del consumo de noticias que debe ser analizada con detenimiento por periodistas, ciudadanos y autoridades en Ecuador. En un ecosistema donde las redes sociales, los pódcast, las plataformas de video y los chatbots de inteligencia artificial ganan terreno, es urgente redefinir la relación entre medios y audiencias.
La encuesta realizada a 100 000 personas en 48 países confirma que la audiencia se fragmenta. Mientras la confianza en las noticias se mantiene estable en 40% a escala global, la evasión informativa llega también al 40%. En América Latina, la situación es más crítica: Colombia y Argentina tienen niveles de confianza por debajo del 33%. Pese a ello, los medios confiables siguen siendo la referencia principal para verificar hechos.
Aunque Ecuador no fue parte directa de la muestra del Digital News Report 2025, las tendencias latinoamericanas retratan de forma precisa lo que ocurre en nuestro país. Plataformas como Facebook, WhatsApp, TikTok y YouTube son ya canales prioritarios para la información de muchos ecuatorianos, sobre todo jóvenes.
Esta transición, sin embargo, no ha venido acompañada de una alfabetización mediática acorde al contexto. Aún hay sectores que no comprenden el valor de contrastar fuentes o que asumen que todo lo que circula en redes es veraz. Esta situación se agrava con la aparición de contenidos generados por inteligencia artificial que, aunque en Ecuador aún tienen poco impacto, empiezan a formar parte del menú informativo global.
La inteligencia artificial ya no es una promesa futura, es una herramienta real. En el reporte, el 12% de los menores de 35 años a nivel global ya consume noticias mediante chatbots como ChatGPT. Si bien el uso general está en 7%, la tendencia es creciente. En Latinoamérica, hay apertura hacia la personalización de contenidos, algo que medios locales podrían adoptar sin sacrificar su esencia.
Además, el crecimiento del video informativo y los pódcast en países como Brasil y Argentina muestra cómo los formatos deben adaptarse a nuevas formas de consumo. El caso de Ecuador, donde la desinformación también ha marcado el debate público, exige que los medios fortalezcan sus plataformas digitales sin ceder ante el sensacionalismo.
Uno de los hallazgos clave del informe es que, a pesar del escepticismo, los medios considerados confiables siguen liderando como fuentes para verificar hechos. En Ecuador, donde el populismo y la polarización han debilitado el diálogo democrático, mantener la credibilidad debe ser la prioridad editorial.
La sociedad ecuatoriana necesita comprender que sin medios libres, con límites éticos, no hay democracia posible. La autorregulación, la transparencia editorial y la apertura al escrutinio son claves para reforzar la confianza en el periodismo. Las autoridades, por su parte, deben abandonar la tentación de controlar la narrativa y más bien fortalecer las condiciones para un ecosistema mediático plural, seguro y tecnológicamente actualizado.
Las audiencias también tienen una responsabilidad. La saturación informativa, el impacto emocional y la agresividad de las redes han generado una evasiva de las noticias que debilita el debate público. Informarse no es solo consumir contenido; es contrastar, cuestionar y comprender.
La inteligencia artificial podrá ser un recurso valioso para mejorar la distribución de contenidos, pero nunca podrá reemplazar el juicio humano ni la misión social del periodismo. En Ecuador, urge una estrategia nacional de educación mediática que permita a las nuevas generaciones navegar este ecosistema con criterio.