Septiembre está próximo. Con él llega el inicio del ciclo escolar en la Sierra y Amazonía, pero también una amenaza que se repite: el estiaje. Mientras el país avanza en medio de una recuperación económica y la inseguridad, aún no hay certezas sobre cómo se evitarán nuevos cortes de energía.
El Gobierno anunció 979,5 megavatios adicionales para prevenir apagones. Y, la ministra de Energía aseguró que no habrá cortes de luz este año. Sin embargo, existen dudas que pueden ser aclaradas. La portavoz del gobierno no especificó proyectos ni el costo que tendrá la nueva capacidad eléctrica.
Parte de esa energía vendría de la contratación de generadores, que funcionen con gas o diésel. Pero estos tienen 180 días de plazo para operar. En consecuencia, recién estarían listos a principios del 2026.
Otra parte del suministro vendría de los contratos adjudicados, en agosto del 2024, a Progen y Austral. En cuanto a la primera empresa, el régimen quiere terminar su contrato de forma unilateral por incumplimiento. Con la segunda firma tampoco se ve un escenario claro, debido a los retrasos por problemas técnicos y legales.
El Gobierno también anunció que se renovó el contrato con una de las barcazas que aporta 100 megavatios al sistema eléctrico. Pero no explica la fecha exacta de la firma, el costo del nuevo contrato, su plazo de vigencia, ni el mecanismo que se usó para su adjudicación.
La importación de energía desde Colombia tampoco es 100% segura, porque ese país también afronta estiaje los mismos meses. Y por esta razón hay antecedentes de restricciones.
Un posible aumento de la producción de Termogas Machala también es incierto. La razón es simple: depende de la disponibilidad de gas natural de la estatal Petroecuador. El problema de raíz es que el país no cuenta con suficiente producción de gas ni infraestructura para importarlo en el corto plazo.
Por otra parte, si bien las centrales térmicas que han recibido mantenimientos pueden generar energía adicional, no es suficiente para cubrir la demanda.
Finalmente, se anunció la firma de un acuerdo con un grupo español-sin especificar el nombre- para la generación de 600 megavatios y una línea de transmisión de 80 km. No se sabe cuándo ni cómo arrancará esta iniciativa.
Frente a este panorama, las interrogantes persisten: ¿Y si las lluvias no llegan a tiempo? ¿Y si la demanda supera la oferta?
El sector productivo necesita previsibilidad. La economía no puede planificarse con incertidumbre eléctrica. Los estudiantes requieren de estabilidad. No se puede comenzar un nuevo año escolar con la amenaza de clases suspendidas por falta de energía, durante el estiaje.
Muchos sectores siguen golpeados por la inseguridad y el bajo consumo. Cualquier interrupción, por mínima que sea, puede afectar a los negocios drásticamente.
Según los cálculos del Banco Central, las pérdidas por los cortes de luz alcanzaron los 1 916 millones de dólares. Servicios, manufactura y comercios fueron los sectores más golpeados.