LIDERAZGO E INFLUENCIA
H
ugo Chávez y Barack Obama, tan distintos y tan distantes, son los líderes políticos continentales de mayor influencia. Su relación se atraviesa por visiones políticas divergentes.
Para el caso de Hugo Chávez, cabe decir que su halo de expansión en una parte de América Latina, la identificación de varios líderes con su estilo populista y sus proclamas del socialismo del Siglo XXI, repercutieron en países como Bolivia, Nicaragua, Argentina, en algunas islas caribeñas y Ecuador.
En menor medida sucedió en Uruguay y Paraguay. Por el contrario, otras realidades mueven a Brasil, Chile, Perú y Colombia.
Las reelecciones sucesivas estimulan la tendencia a instalarse en el poder sin alternancia. Sus dos victorias recientes, en los comicios presidenciales y estatales, están atravesadas por la innegable influencia de la compasión y solidaridad por su enfermedad, cuyo desenlace puede ser la recuperación de su salud, la imposibilidad física de ejercer Gobierno y hasta su muerte.
En el caso de Obama, el proyectado contacto con América Latina puede ser una quimera o un simple enunciado en un cuestionario que respondió al Grupo de Diarios América.
Ante esta realidad, con dos liderazgos de muy distinto signo, analistas como Enrique Krause sugieren nuevos protagonistas como Brasil y México. Quizá es tiempo de una visión de fondo y pensar menos en fórmulas mesiánicas y mediáticas.