Dos ámbitos que pueden generar grandes recursos económicos para la caja fiscal son el petrolero y el minero. En ambos el Gobierno se abre a la participación privada extranjera.
Cinco años después de haber asumido el mandato, tras la renegociación de los modelos de los contratos petroleros, el Gobierno opta por la inversión privada para la recuperación de campos maduros de Petroecuador de la importancia y la significación emblemática como Shushufindi y Libertador, considerados desde hace tiempo como “ las joyas de la corona”.
Las motivaciones para que un Gobierno que se ha proclamado abiertamente nacionalista y estatista para mostrar esta apertura parecen ser técnicas y financieras. Los convenios con empresas estatales de otros países no han cubierto las expectativas, más allá de los discursos.
Schlumberger y el consorcio formado a su vez por esta firma yTecpetrol y Sertecpet se harán cargo por 15 años de la recuperación de los históricos campos. Además, se tiene previsto sacar otras licitaciones para los campos del sur de la selva ecuatoriana. Se espera tener contratos firmados hasta fin de año.
Este fin de mes otra operación millonaria puede empezar con fuerza: la minería. Primero se suscribirá el contrato con Ecuacorriente, en la zona de Mirador. Se trata de una firma China. Las reservas de cobre a valor presente se estiman en USD 41 250 millones.
También se anuncia el contrato con Kinross en el proyecto Fruto del Norte. La explotación aurífera vale en precios actuales USD 11 233 millones. En ambos casos la fijación de las regalías para el Estado fue clave de la discusión.
Tal parece que el Gobierno ha optado por el pragmatismo para explotar los recursos naturales.