Libertad y democracia

La historia es una lección de vida. Cada 10 de Agosto se recuerda el valor y la convicción de los patriotas por buscar la libertad.

Nuestra libertad se construyó a partir de sus ideales y su ímpetu. Se trataba de poner en cuestión a la Corona, de empezar a sacudirse del coloniaje y sentar las bases de la construcción de la nación.

El Primer Grito de Independencia fue ahogado, casi un año más tarde, con la masacre de los patriotas, pero su recuerdo y especialmente sus ideas, alumbran hasta hoy la vocación libertaria del pueblo de Quito y del país por soltarse de los yugos que se le han querido imponer.

Para conmemorar la fecha, y no dejarla pasar inadvertida, durante años se eligió al 10 de Agosto como el día del cambio de mando, la posesión de los congresos y los informes a la nación. Hoy el calendario marca otras fechas para esos actos.

Un día como hoy, hace 35 años el Ecuador entraba en su reciente etapa de gobiernos civiles elegidos en las urnas y consecutivos, una línea de conducta que no debe ser quebrada y que tiene ya significación y trascendencia.

Desde el primer mandato civil de este ciclo, ejercido por Jaime Roldós, hemos sobrevivido a la caída de tres presidentes; la democracia atravesó momentos turbios y de ingobernabilidad y hasta se cerró de modo inconsulto contra el Estado de derecho un Congreso en 2007.

35 años después, y a la luz de las luchas libertarias, debemos reflexionar: democracia es bastante más que elegir gobiernos en las urnas y su expresión viva merece un profundo espíritu de libertad.

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