Glas quedó sin funciones

El presidente de la República, Lenín Moreno, dejó sin función alguna al vicepresidente Jorge Glas. Un hecho sin precedentes que refleja un momento delicado.

Las diferencias entre ambos mandatarios, con un telón de fondo complejo, desembocó en una ruptura en la cúpula del poder y tiene repercusiones en la vida pública y al interior de AP.

El distanciamiento tiene una doble vertiente: las diferencias en cuanto a la conducción del país y las visiones sobre la necesidad de fiscalización sobre posibles actos de corrupción.

Tras las críticas de Moreno el miércoles, dos agrias comunicaciones de Glas con afirmaciones que denotaban una grieta insalvable, trajeron como consecuencia el retiro de las funciones del segundo. El Vicepresidente fue elegido en la papeleta presidencial y asumió varias y muy importantes funciones en la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto y en el marco de la reactivación productiva indispensable para salir de la crisis económica.

Glas, desde hace tiempo, era el blanco de señalamientos y de un juicio político que falló. Ahora nuevas revelaciones y un informe de Contraloría lo obligan a defenderse en el terreno judicial.

Esta situación impacta en otras funciones. También en AP, el movimiento que llevó a la Presidencia a Moreno y que es la primera fuerza en la Legislatura. El país, como tal, no debiera ser sometido a las consecuencias de una interminable pugna, pues requiere enfrentar tareas urgentes.

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