Ecuador avanza hacia la segunda vuelta electoral, y la incertidumbre política sigue creciendo. Mientras tanto, los dos meses de espera dejan a la nación en suspenso, y a la vez los desafíos económicos y sociales continúan intensificándose.
De acuerdo con los multilaterales, la economía ecuatoriana decreció en 2024. Además, la proyección de crecimiento para 2025 es de apenas 1,4%, según la CEPAL. Por lo tanto, la baja inversión, tanto pública como privada, frena el desarrollo. A esto se suma que los apagones del año pasado golpearon la economía de hogares e industrias.
La inseguridad y violencia, alimentadas por el narcotráfico, continúan en el país. La polarización en la que se encuentra Ecuador solo aumenta la incertidumbre política.
Para este 2025, la situación se agrava aún más con la deportación forzosa de decenas de ecuatorianos desde Estados Unidos. Por ende, regresan a un país con escasez de oportunidades laborales. Y, esta falta de empleo a su vez, contribuye a la inestabilidad social y económica. El sector informal alberga a un 58% de personas, el porcentaje más alto en los últimos 17 años.
Al cierre de 2024, la pobreza por ingresos en Ecuador alcanzó 28%. En consecuencia, muchas personas carecen de recursos para cubrir necesidades básicas. Al mismo tiempo, la pobreza extrema subió a 12,7%.
Independientemente de quién sea elegido como presidente de Ecuador, ya sea Luisa González o Daniel Noboa, enfrentará importantes desafíos. Entre estos retos está invertir en infraestructura energética para resolver la crisis eléctrica.
Más allá de políticas específicas, el próximo liderazgo debe inspirar confianza y esperanza. Fortalecer la seguridad pública mediante políticas eficaces para reducir la violencia y el narcotráfico es crucial. Además, fomentar la inversión privada y crear un entorno favorable para atraer inversiones tanto nacionales como extranjeras es fundamental para revitalizar la economía.
La estabilización de la política económica mediante reformas fiscales y monetarias será necesaria para reducir el déficit presupuestario. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo, Ecuador podrá superar los desafíos que enfrenta y avanzar hacia un futuro más prometedor.
La encrucijada en la que se encuentra Ecuador no es fácil. Solo con determinación y una visión clara será posible construir un camino hacia la recuperación y el crecimiento sostenido.