LA JUSTICIA EN LA MIRA
La justicia, su organización, el ámbito de su competencia y hasta las interferencias de funcionarios de otros poderes plantean un difícil panorama.
Varios fallos polémicos relacionados con condenas por delitos de narcotráfico provocaron la remoción de altos magistrados y la revisión de sus actuaciones. Hay expedientes sin despachar de los casos más polémicos, relacionados con el poder político y un sospechoso tejido de corrupción.
La Constituyente de Montecristi no fue capaz de despojarse de esa rémora y tejió una compleja trama para articular una Corte de transición con el ya criticado sistema de la tómbola, que colocó a los magistrados de una Corte Nacional de Justicia en una condición de temporal, hasta que los engranajes legales de la nueva arquitectura elijan a los nuevos titulares. El cuestionado Consejo de Participación se toma su tiempo en las designaciones y esa temporalidad acarrea fragilidad.
En la compleja tarea de sanción y reemplazo tiene que ver un Consejo de la Judicatura cuya competencia ha cuestionado la Corte de Justicia. Hoy se pide la dirimencia de la Corte Constitucional. En el Consejo de la Judicatura hasta se desató un escándalo con puñetazos y sangre. El Presidente de la Judicatura pide ecuanimidad a la prensa. La prensa seria pide eso mismo a los funcionarios.
Para colmo, un funcionario de Palacio emite criterios sobre la justicia y causa la reacción del Presidente de la Corte Nacional.
Cuando el tejido institucional es débil y se carece de la concepción de independencia de poderes, esencial en una democracia, suceden estas cosas.
Independencia, respeto y una pronta y transparente reorganización son ejes de urgente cambio en la justicia.