El rescate de las instituciones no debe detenerse: ese fue el mandato de la Consulta. Luego de una década de demolición institucional hay que reconocer que la tarea no ha sido fácil.
Los esfuerzos del Cpccs transitorio son importantes pero hay que hacer más, y el apoyo y la vigilancia deben emanar de los líderes políticos, de las organizaciones sociales y empresariales y, en especial, de la ciudadanía.
Está en marcha un delicado proceso de transición que concluirá con la instalación de organismos definitivos, pero era lógico que en el camino iba a haber dificultades. Procesos parados como el nombramiento de fiscales distritales o el funcionamiento parcial del Consejo Nacional de la Judicatura pueden generar frustración, pero hay que confiar en que se destrabarán cuando la transición llegue a su etapa final.
Falta el cambio en la Fiscalía, también penetrada por la política y con muchas causas represadas. Será primordial priorizar los casos más emblemáticos para seguir adelante.
En materia de lucha contra la corrupción, con el anuncio presidencial de la cirugía mayor, las expectativas son enormes y los resultados, aún insuficientes. Es verdad, empero, que hay un ex vicepresidente en la cárcel y su reemplazante investigada, varios ministros y altos cargos presos y prófugos, así como un trabajo intenso de la Contraloría y la revisión de procesos como el 30-S, pero la gente quiere más avances.
Para fiscalizar años de irregularidades, hay quienes plantean acudir a organismos internacionales, como ha sucedido en países con su sistema judicial destruido y los ciudadanos en indefensión. Pero ese no es el caso de Ecuador. El funcionamiento de una comisión internacional anticorrupción sería la aceptación de que no hay luz al final del túnel.
El presidente Lenin Moreno ha requerido el aval internacional para reiterar anomalías en proyectos emblemáticos, pero eso es distinto a resignar la administración de justicia. Los ecuatorianos debemos salir por nuestros medios y acompañar los resultados de la transición. La misión está en manos de toda la sociedad.