La percepción, en materia de seguridad en la capital del país, es una realidad corroborada por cifras oficiales.
Durante el año 2019 hubo un incremento del 17% de inseguridad. Las autoridades señalan que los delitos antes eran más frecuentes durante los fines de semana. Ahora la comisión de estos actos ilegales ha subido de los miércoles a los domingos.
Los delitos más comunes son robo (de autos, motos, comercios, a las personas en la calle). Además hay un mayor número de homicidios.
Hay un sentimiento creciente de xenofobia. Se atribuye a los extranjeros el crecimiento de los delitos. En el caso de los homicidios, las cifras policiales muestran que la realidad es diferente. Mientras estos crímenes han subido en tres puntos porcentuales de un año a otro, la cifra de homicidios a manos de perpetradores ecuatorianos es importante.
Como ha sucedido en el campo, la gente se organiza. Un reportaje mostró la organización de Juntas de Defensa Campesina en Los Ríos. Van contra los cuatreros y otro tipo de ladrones. Es un peligro. Pero es, al mismo tiempo, la reacción de una sociedad que se siente indefensa, sin suficiente protección policial.
En las ciudades se constituyen brigadas barriales para vigilancia, hay sistemas de alarmas y se comunican con teléfonos inteligentes. Toda iniciativa que sirva como prevención es buena, pero siempre es indispensable el contacto con la Policía. El riesgo tremendo de caer en un aliento a la justicia por mano propia, no es lo correcto pero sucede. Como ha ocurrido en el campo y sucede eventualmente en Quito, la captura de delincuentes que son ‘ ajusticiados’ por grupos anónimos lleva a situaciones en muchos casos funestas.
Debe incrementarse la vigilancia. La presencia policial ha aumentado en Quito frente a la existencia de puntos críticos, pero la acción de las fuerzas del orden no debe tardar. Ahora hay operativos para controlar armas y microtráfico de drogas. Muy bien, pero debe ser algo permanente.
Hace falta aumentar y fortalecer las Unidades de Policía Comunitaria y su interacción con los barrios.