HOMENAJES Y POLÍTICA
El Presidente del Banco Central recibió un homenaje al que asistieron su primo, el Presidente de la República, presidentes de poderes del Estado como la Asamblea Nacional y el Consejo Nacional Electoral, y un nutrido número de funcionarios.
Nada de malo hay en estos homenajes si su financiamiento es de carácter privado. En un país libre los ciudadanos pueden asistir a este tipo de actos sin limitaciones. Sin embargo, llama la atención que cuando la actividad de un alto funcionario está siendo observada, el poder político fabrique un espíritu de cuerpo para cerrar filas en su defensa. Es mayor la sorpresa cuando en ese homenaje está el máximo representante de una función que tiene asignado el papel de la fiscalización, como la Asamblea Nacional, cuya labor en esa línea deja mucho que desear, toda vez que la composición política parlamentaria muestra un tejido en el que el movimiento oficialista, Alianza País, tiene el control y bloquea el escrutinio al poder.
También estuvo en el homenaje el Presidente del Consejo Nacional Electoral, que se presume tiene función independiente. Quien fuera funcionario del gabinete de Rafael Correa asiste justamente cuando está en el ojo del huracán.
Si tener propiedades en el exterior aparentemente no debiera extrañar a nadie, mucho menos su divulgación pública. Por eso llama la atención el encendido tono de descalificación y ataque a los medios en la guerra discursiva presidencial, en el propio marco del homenaje al burócrata de alto rango y primo del Presidente.
¿Será que el Presidente del Banco Central, todavía lesionado a causa de una incursión taurina, cree que también está lesionada su honra? ¿Hay motivo para semejante homenaje y para tal reacción?