Coca-Codo Sinclair se constituyó en una de las obras emblemáticas del anterior gobierno. Tanto, que cualquier cuestionamiento u observación recibía una catarata de descalificaciones oficiales.
Esta vez el ministro de Energía, Carlos Pérez, constató la existencia de microfisuras. El informe técnico detalla 800. La primera pregunta es en torno a la calidad de fiscalización de la obra.
Es necesario que los constructores den explicaciones. Además fue una obra con retrasos por varias causas, entre ellas, la falla de una tuneladora.
Otro problema que se anotó a tiempo, en un minucioso reporte de este Diario, fue el costo de las obras complementarias que causó una agria réplica oficial.
La capacidad instalada apenas ha funcionado a plenitud una sola vez. Los cálculos de la demanda se exageraron, al punto de que la generación no se emplea. El fracaso de l cambio de matriz energética con las cocinas de inducción, otro proyecto inflado del anterior Régimen en el que se derrochó millones, hace que la producción hidroeléctrica no se demande.
Además las líneas de transmisión para llegar a distintos puntos del país han sufrido un considerable retraso. No cabe olvidar que el proyecto se halla en una zona sísmica riesgosa.
Así, una de las obras más caras de la historia nacional trabaja a baja capacidad. El despilfarro marca este proyecto importante. Era clave hacerlo bien, con todos los estudios que lo sustenten. Ahora pagamos las consecuencias.