Al país, que ya bastante tiene con la protesta ciudadana y la caída del precio del crudo, le aparece otro dolor de cabeza. Se refiere al caso de Hacking Team, la firma italiana que se especializa en ciberespionaje.
En lugar de entregar datos incontrastables, las autoridades -que debieran esclarecer este opaco asunto ya bautizado como ‘mini-Snowden’- solo han ofrecido hasta ahora versiones ambiguas.
La confusión se avivó con la filtración de los datos y correos electrónicos de la empresa que oferta el software que posibilita los ‘pinchazos’ electrónicos. En la información divulgada por Wikileaks -fundada por Julián Assange, el ‘topo’ australiano refugiado en la Embajada ecuatoriana en Londres- se descubre una lista de clientes. Uno de ellos sería la Secretaría de Inteligencia (Senain).
La confusión se acentuó a raíz de un comunicado de la Senain, en el cual se niega un contrato con Hacking Team, un pronunciamiento que anoche fue ratificado por el presidente Correa, quien habló de un ‘show político’. Al final de la nota de la Senain, se amenaza con acciones legales. ¿En contra de quién? Peor aún: el director de la entidad, Rommy Vallejo, se excusó anteayer de rendir cuentas ante la Asamblea. ¿Lo hará en otra ocasión?
El Código Orgánico Integral Penal, aprobado bajo este Gobierno, señala que se sancionan con prisión la intercepción ilegal de datos y el acceso no consentido a un sistema, entre otros delitos informáticos. Cabe esperar que las autoridades respectivas y la Justicia inicien una indagación de este caso controversial.