El 24 de marzo, Ecuador va a las urnas. El 21 termina una campaña que, dado el modelo impuesto, es confusa.
Los más de 80 000 aspirantes a dignidades de elección popular -prefecturas, alcaldías, juntas parroquiales- se debaten entre el anonimato y el desinterés de los ciudadanos.
A este mapa marcado por mil colores, siglas y números de partidos y movimientos se suma la elección de vocales del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social definitivo; cada candidato tiene una noción diferente sobre el papel que debe desempeñar si gana, en medio de un debate sobre la nulidad del voto.
En Quito, la situación no es más propicia que en el resto del país. Hay 18 candidatos a ocupar la Alcaldía y nada menos que 962 aspirantes a concejales en pos de las 21 curules por cuatro circunscripciones territoriales (otro factor que causa cortocircuito a los votantes).
Hasta ahora el porcentaje de indecisos es alto, pero es de esperar que la situación cambiará en el tramo final, después del feriado. Más allá de estos avatares, quien sea elegido alcalde de Quito asumirá retos enormes.
Un primer tema crucial es la movilidad. Un sistema de calles y avenidas colapsado por el transporte público y privado, con buses, Trole y autos que cada mañana se enredan en la congestión. La ciudad se merece soluciones integrales.
Ojalá que pronto los candidatos y sus técnicos se enfrenten a reuniones serias con las autoridades salientes para analizar el tema a profundidad. Los ciudadanos debemos saber si el Metro y sus sistemas de alimentación entrarán a operar en el plazo previsto, con eficiencia y calidad.
Otro aspecto clave es el de la basura y el ornato de la ciudad; la solución parcial en esta materia tiene que superarse con rigor y planificación. Otros aspectos que preocupan a los habitantes de la capital son la falta de seguridad y de fuentes de empleo, a pesar de que este último es un tema que rebasa los linderos geográficos.
El nuevo alcalde, y quienes lo acompañen en el Concejo Municipal, tienen una enorme responsabilidad , al igual que los electores.