El Gobierno pone énfasis en la reactivación y en donde su estímulo tiene un impacto inmediato en la economía y en el empleo: la construcción.
El anuncio del Presidente, flanqueado por los ministros de Economía y de Vivienda, se bautiza como Programa Construimos, Empleo y Prosperidad; contempla nuevas líneas de crédito por USD 2 750 millones con tasas preferenciales y con estímulos tributarios evidentes.
El brazo ejecutor de esta disposición será la banca pública. Se enlista al Banco del Pacífico, la Corporación Financiera Nacional y, por supuesto, al banco del IESS, Biess. En cuanto a la canalización por la vía de los Gobiernos Autónomos Descentralizados, el Banco de Desarrollo jugará un rol fuerte. Los destinatarios del plan anunciado son constructores proveedores, compradores de vivienda, y hasta los gobiernos locales.
La idea, según explicó el ministro Richard Martínez, es devolver el IVA a los constructores que destinen sus esfuerzos al área y estipula un nuevo margen en el costo de las viviendas de carácter social, de los USD 70 000 en la actualidad hasta los 90 000.
Otro tema estimulante es la tasa preferencial de la que gozarán quienes accedan a este tipo de créditos.
Además, la reactivación moverá por el sistema financiero USD 520 millones, del 2018 al 2021.
Hay varios factores que se deben destacar. Primero, el enorme impacto social de un plan de esta naturaleza. El sector de la construcción convoca en menor tiempo a la mayor cantidad de mano de obra. Los trabajadores de la construcción son, a la vez, la mano de obra menos calificada de los estratos sociales y el sector que sufre el rigor de la falta de trabajo.
Adicionalmente, los destinatarios del crédito se ubican en sectores que no tiene su casa propia y podrán mejorar su calidad y estilo de vida.
Y el aspecto económico es sustancial, la dinámica de un país que sufre los estragos de la contracción puede ser inmediata y estimulante. La velocidad de circulación del dinero atañe a sectores de bienes y servicios, y su importancia es clave para el crecimiento económico indispensable.