La minería a gran escala, legal y con todas las precauciones de preservación de las fuentes de agua y cuidado ambiental, avanza con buen pie.
Esta semana, en Zamora Chinchipe empezó la extracción de rocas y la conversión en polvo molido.
Las barras y el concentrado saldrán del puerto de Guayaquil a distintos destinos y el país se beneficiará de los recursos por regalías, patentes, impuestos y utilidades.
La firma Lundin Gold es de Canadá, un país reconocido por los estándares ambientales. Ellos han venido invirtiendo en el proyecto, desde el año 2017, USD 1 000 millones.
Durante los próximos 15 años la mina arrojará 310 000 onzas de oro.
La inversión total en los citados 15 años será de USD 2 700 millones, y durante la construcción de las amplias instalaciones del campamento Las Peñas participaron 4 000 trabajadores. En adelante la mina dará trabajo a 1 000 personas.
Un tema que es clave es el extremo cuidado ambiental. El Ecuador debe exigir, por intermedio de sus autoridades, los máximos rigores para que la naturaleza y las fuentes de agua se preserven. Es una de las condiciones indispensables para desarrollar este y todos los demás proyectos mineros del gran potencial que tiene el país.
Es además una de las tantas causas por las cuales se debe combatir la minería ilegal, aliada del contrabando, la evasión fiscal y la depredación del entorno natural.
No es un aspecto secundario, ni mucho menos, el respeto a los habitantes de la zona que debe verse beneficiada, no solo con programas sociales y algunas compensaciones sino con desarrollo directo en caminos, servicios básicos y trabajo.
Fruta del Norte se suma a Mirador, en otro lugar geográfico, y un proyecto de otra empresa -Ecuacorriente- que ya empezó a embarcar cobre desde Guayaquil con destino a China Popular. 392 toneladas de concentrado de un total de una primera exportación de 19 384 toneladas.
La apuesta por el país requiere de empresas serias, inversión segura, rentabilidad para el Estado y prosperidad para la zona y el país.