La cercana y esperada firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla terrorista de las FARC merecen la atención del Ecuador.
Más allá de visiones políticas y apreciaciones personales, los beneficios que pueda traer a la república de Colombia un acuerdo de esta naturaleza para la paz interna demandan toda la atención desde el lado ecuatoriano.
La ONU en un estudio estima que puede haber brotes de violencia en el tiempo del posconflicto.
El Ecuador mantiene una larga frontera geográfica con Colombia. Buena parte de ese territorio es despoblado, inhóspito, con poca presencia estatal. En algunos puntos la zona caliente por actividades guerrilleras y bandas del crimen organizado han supuesto un esfuerzo supremo para reforzar el tejido institucional y evitar los impactos.
Se podría pensar que algunas personas que pierdan espacio en Colombia para ejercer sus actividades ilícitas puedan penetrar en Ecuador en busca de refugio, protección o hasta para reforzar sus movimientos.
Por eso es muy importante el claro esfuerzo militar de movilizar tropas especializadas a las zonas más vulnerables. Un buen paso del ministro Ricardo Patiño en sus nuevas funciones.
Para la concreción de una agenda conjunta y la creación de una fuerza binacional, como se empezó a conversar en los diálogos bilaterales de los ministros de Defensa de ambas naciones, la idea debe germinar pronto.