Francia, en pie de guerra

Con la simbología del Palacio de Versalles, el Presidente de una Francia herida por los atentados terroristas responde con guerra.

François Hollande suma poderes y anuncia cambios en la Constitución que le permitan una vigilancia que podría atentar contra derechos y libertades individuales, legado de la historia de Francia desde la Revolución de 1789.

La brutal violencia de los atentados terroristas del viernes, que el grupo yihadista sunita Estado Islámico (EI) se atribuyó, llevó al Jefe de Estado francés a extremar las medidas de seguridad.

La primera reacción se expresó en la nueva fase -intensa- de bombardeos a los campamentos de las fuerzas terroristas que vienen operando contra los regímenes de Iraq y Siria y capturando su petróleo. Si bien ya hubo operaciones aéreas junto con aviones estadounidenses, ahora el presidente Hollande busca, desde el dolor impresionante y el orgullo de una potencia herida, juntar una fuerza multinacional contra el EI.

Francia pide a la Unión Europea sumarse y entrar en alianza militar con Rusia, que ataca a los extremistas de esta nueva Yihad en defensa del dictador Bashar el Asad, en un terreno lleno de incertidumbres y donde se ha desarrollado una sangrienta guerra civil con más de 250 000 víctimas mortales.

Mientras, el Estado Islámico, que opera pozos petroleros arrebatados a sus enemigos y quiere imponer un califato, amenaza a Moscú y a Washington. El terrorismo fundamentalista vuelve a patear el tablero geopolítico mundial.

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