Es permanente el flujo comercial que experimenta Ipiales y que llama a miles de ecuatorianos de las provincias norteñas de la Sierra y de la capital.
Este Diario fue a constatar la situación y encontró en Ipiales una ciudad que reflota por la actividad turística, especialmente con perfil comercial. Como era antes, hace cuatro décadas, como lo fue en los cuatro años anteriores en distintos rubros.
Lo propio sucede con Pasto, otra ciudad próxima a nuestro país.
Si ayer fueron los teléfonos celulares, los electrodomésticos y hasta las computadores algunos de los artículos más apetecidos, hace un par de meses fueron los útiles escolares y ahora la ropa y los juguetes (por la cercanía de la Nochebuena), algunos de los artículos más demandados.
El cambio de moneda es el factor decisivo: por cada dólar se obtienen 3 147 pesos; entonces la diferencia es notoria y el ahorro, significativo.
Cabe anotar que Ipiales, a pocos minutos de la línea fronteriza, tiene 12 000 locales comerciales, 75% de ellos destinados a las ventas.
A tal punto llegó la situación el fin de semana que el puente de Rumichaca, en el límite fronterizo, se volvió a ver congestionado de automotores con placas ecuatorianas.
Mientras tanto, en el lado ecuatoriano se experimenta la otra cara de la moneda. Tulcán, la capital de la provincia del Carchi tiene 93 afiliados a la Cámara de Comercio, de un total de 4 000 con que contaba antes de que se levantara la obligación de afiliación al gremio. Hay 4 036 afiliados a la Red de Apoyo al Comerciante y 4 595 que están en el Régimen Simplificado en el SRI ( RISE).
La idea es dinamizar la economía local con la reactivación de la canasta transfronteriza de productos. Hace pocos años hubo un grupo de 49 productos que se podía introducir desde Colombia sin aranceles, como un estímulo. Esa fue la oferta gubernamental a las autoridades locales luego del paro del 26 de noviembre. Pero la propuesta no cuaja a la espera de una cita con los ministros del ramo que ahora se encuentran en China con el Presidente. Hasta tanto, la reactivación no se siente, no llega.