La aplicación, en 2011, del primer examen de acceso a las universidades públicas generó mucha incertidumbre como ocurre siempre que se realiza un cambio. Al principio nada estaba claro sobre un sistema que se ha venido aplicando por años en otros países como un intento de garantizar que el acceso a los cupos en la educación superior se logre en base de méritos académicos.
Sin embargo, en Ecuador se tachó a la estrategia de inequitativa y discriminatoria usando como argumento las diferencias del nivel de instrucción que se recibe en las zonas rurales y en las ciudades, así como las que existen entre los planteles privados y los que son regidos por el Estado.
Sin embargo, el Gobierno de entonces mantuvo el examen de ingreso con la promesa de que la educación iba a mejorar en todos sus niveles en el país. Y aplicó medidas: construyó decenas de planteles, aunque algunos tuvieron problemas contractuales, de infraestructura e incluso los hay que aún no están terminados; integró el jardín de infantes y los tres primeros años de secundaria a la educación básica; cambió la denominación de escuelas y colegios por la de unidades educativas; exigió que los docentes universitarios tuvieran formación de cuarto nivel; cerró universidades privadas por considerarlas ineficientes.
Pero en el fondo, la educación ecuatoriana continuó siendo la misma y el examen de ingreso, un trámite por cumplir.
Ahora, bajo el supuesto de mejorar el acceso a la educación superior, el Gobierno elimina el examen estandarizado y traslada la responsabilidad de otorgar cupos a las mismas universidades.
Y 11 años después, reina nuevamente la incertidumbre. Nadie tiene claro en qué condiciones ni con qué recursos se asignarán dichos cupos. Además, como ya advierten algunas personas, la medida no aumentará el número de plazas universitarias ni democratizará el acceso porque los desniveles se mantienen.
En resumen, como debería haber aprendido un país con 20 constituciones, los cambios aportan poco si no atacan a la raíz del problema; en este caso, la calidad de la educación.