España: o se forma gobierno o volverán las urnas

La semana es decisiva en la política española. O el presidente del Gobierno logra un acuerdo de investidura o se volverá a votar en noviembre.
Las expectativas de nuevas elecciones generales, las quintas de modo consecutivo desde el mes de diciembre de 2015, no son buena noticia.

Ni la política ni la economía alcanzan la estabilidad deseada para crecer y seguir en la recuperación.

A todo ello abona además el intenso y desgastante debate autonómico, en Cataluña. Un líder prófugo en Bélgica, varios presos por conspirar contra el Estado Español, y una opinión pública de la comunidad dividida entre una visión autonómica y hasta separatista y otro sector que prefiere ser parte de España, forman otro escenario complejo.

La llegada al poder de Mariano Rajoy supuso el final deplorable de la administración socialista. El político gallego sacó a España del marasmo en menos tiempo que el pensado, pero le cayó la maldición que aqueja a muchos gobiernos en varios países: la corrupción partidaria le pasó factura. Al desprestigio, que se cargó con años de status quo entre una suerte de bipartidismo tras los pactos de la Moncloa, siguió el aparecimiento en el espectro de nuevas fuerzas. Podemos, en la izquierda radical -con reflejos populistas- y Ciudadanos, en la derecha centrista.

PSOE y PP ya no son lo que fueron.
Rajoy adelantó elecciones, ganó pero no logró investidura y en esa inercia le sobrevino una crisis de la que solo pudo salir con su renuncia. Pedro Sánchez asumió el vacío pero en las elecciones generales de este año ganó y perdió. Fue el PSOE la primera fuerza pero insuficiente para gobernar por sí sola.

Juntos-Podemos vio un espacio y presionó por mucho poder para formar Gobierno. Sánchez tampoco apostó por acercarse a Ciudadanos, que hubiese sido la alternativa.

Si el 23 de septiembre no llega acuerdo alguno volverán los españoles a las urnas el 10 de noviembre.

Tal vez, una vez más, se repite la historia de atomización de fuerzas y es probable que, una vez más, la gobernanza sea esquiva. Mal asunto.

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