Como si la crisis económica, la falta de empleo y la desaceleración de la economía no fuesen suficientes para agobiar a los españoles, las nuevas revelaciones del caso Bárcenas son un ingrediente de alto calibre con peligrosas consecuencias. Se reveló una trama, que ahora intenta desenmarañar la justicia, sobre pagos indebidos del ex tesorero del Partido Popular (PP), hoy en el Gobierno, a cuentas privadas de altos funcionarios.
Corrupción en la política. Nada nuevo, se diría, si no fuera porque las denuncias parecen salpicar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, líder de la tienda que ha debido afrontar la tormenta de la crisis económica y la protesta social desde los primeros días de su mandato.
A tal punto llegan las revelaciones que se descubren y habrán de investigarse mensajes entre el ex tesorero partidista y el presidente Rajoy. Para el opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE) esta parece ser una oportunidad brindada en bandeja de oro para presionar por la dimisión de Rajoy a la presidencia del Gobierno, tal y como la formulara en forma reiterada el exdirigente del PP a su rival y antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero.
En el pasado, la corrupción también alcanzó al PSOE en la época de Felipe González o como en el caso Gürtel, en la era del PP. La clave esta vez es que España ya no está en auge. El paro (desempleo) azota a millones y agita la indignación. El poder bipartidista está tocado.