Después de los resultados adversos de las elecciones del 23 de febrero, pese a que la propaganda y el discurso digan otra cosa, el movimiento oficial Alianza País debate intensamente la posibilidad de postular nuevamente a Rafael Correa en las elecciones del 2017.
La Constitución de Montecristi, proclamada como un instrumento político perfecto y duradero -de 300 años, se habló- debiera ser modificada para el propósito.
El artículo 144 solamente contempla reelección por un período.
El movimiento oficial se reunirá el primero de mayo para renovar la directiva y tratar, entre otros, este tema.
Hay consenso en el bloque legislativo de AP en que la vía para propiciar el camino de la reelección sería una enmienda constitucional y nunca un referéndum. ¿Por qué tanto prurito por consultar tema tan delicado al pueblo, especialmente por parte de un Régimen que ha hecho de la consulta popular un instrumento? Varios legisladores de AP piensan que se debe contar con una opinión previa de la Corte Constitucional (enmienda o reforma por referéndum).
El Ejecutivo tiene esta tesis y otras 17 transformaciones constitucionales. El pragmatismo gana la cancha oficial, no solo en estrategia económica y de comercio exterior sino en la política. Se imagina la Constitución un instrumento útil de gobernabilidad, como sostiene un legislador.
Correa, igual que su movimiento, sabe que para seguir con su proyecto político él es el candidato con opciones. Entonces, ¿está condenado a buscar la reelección?