El anuncio presidencial de reducir el precio de la gasolina en 10 centavos es una respuesta a la primera y principal de las diez demandas de la Conaie, que ha respondido que es “insuficiente”. Mas, su presidente, Leonidas Iza, afirma que es la muestra de que la lucha “está dando resultados”.
Sin embargo, en la gran matemática del Estado, el subsidio a los combustibles tiene un alto impacto en las finanzas y el precio de la gasolina, que mayormente el país importa pese a ser petrolero, tiene un proceso inflacionario global.
Ayer, mientras se escribían estas líneas, la Conaie, la Fenocin y la Feine, las tres fuerzas detrás del paro, aceptaron sentarse a la mesa con los representantes de las funciones del Estado ecuatoriano, desde las 14:00, en la Basílica. Con todo, pidieron a las bases mantenerse en vigilia porque quieren que se satisfagan sus 10 demandas. Y para dejar en claro que el paro no ha terminado, volvieron a movilizarse ayer hacia el Centro Histórico de Quito y algunas rutas se mantienen bloqueadas en varios puntos del país.
Se espera que la Conaie reconozca que no es el único sector del país que quiere resultados. Hay una inmensa cantidad de ecuatorianos que anhela que se levante el paro y volver a la normalidad para trabajar. Los movilizados han denostado este anhelo porque, aparentemente, no se tiene empatía con las reivindicaciones indígenas. Pero ese sentimiento noble debe ser recíproco.
Al final del paro, lo que todo ecuatoriano deberá hacer es buscarse el sustento mediante el trabajo.
Mientras tanto, el país estaba atento a lo que ocurría ayer en la Basílica y conocerá hoy el desenlace en la Asamblea Nacional sobre la destitución del presidente Guillermo Lasso. Los números no les son favorables, hasta el momento, para las intenciones del correísmo y sus aliados de Pachakutik, al menos en esta causa. Pero el tiempo permite los cabildeos y, cuando eso ocurre, se pone en juego la verdadera política, la que se esconde tras bambalinas, la que no se ve, la que, en el fondo, es más efectiva.
O el peor mecanismo de todos: la amenaza a los asambleístas para que voten por su moción. Y ese es el mayor daño para el país.