Con cada ciclo invernal la historia se repite. La naturaleza muestra con mayor fuerza su crudeza en los ríos de la Costa.
El río Bulubulu, en la provincia del Guayas, no ha sido la excepción. Por el contrario, es un nombre que aparece constantemente en las noticias cuando en localidades cercanas a Naranjal o La Troncal el cauce se desborda, arrasa con viviendas y edificaciones, ahoga a reses y anega sembradíos.
El río Bulubulu nace en la provincia del Cañar y suma a su caudal torrentoso toda serie de materiales que se arrastran aguas abajo potenciando su velocidad y con ella su poder destructivo.
Por eso es que la obra inaugurada por el Primer Mandatario el martes se considera un esfuerzo importante efectuado con una alta inversión de dinero que pertenece a todos los ecuatorianos. Se empleó en un embalse que tiene un doble propósito: atenuar el impacto de las aguas y correntadas de invierno y servir con riego a las zonas que durante el estiaje sufren la carencia de agua.
La obra tuvo un costo de USD 57 millones. Estuvo a cargo de Gezhouba Group, una de las tantas empresas chinas que se han instalado en el Ecuador durante todos estos años.
Cabe resaltar que el programa de embalses, que se inició con Chongón-San Vicente, es parte de un proceso que tiene entre sus prioridades otra obra en el río Chone y que aliviará a los pobladores de zonas extensas en la provincia de Manabí. La obra pública, obligación de todo gobierno, es siempre una buena noticia.