En la Plaza de San Pedro, miles de fieles se congregaron, como cada año, para escuchar el mensaje navideño del Papa de Roma.
La palabra del alto prelado católico, conocida como el mensaje a la ciudad y al mundo (Urbi et Orbi), enfocó su especial petición para que cese la guerra en Siria. El papa Francisco dijo: “Es hora de que las armas callen definitivamente y la comunidad internacional se comprometa activamente para que se logre una solución”. El Papa se refirió a atentados terroristas como los recientes en distintas partes del mundo, y también dedicó su mirada a Latinoamérica.
Francisco señaló que es hora de que “llegue la concordia para el querido pueblo colombiano” en franca alusión al proceso de paz entre la guerrilla y el Gobierno. El Papa recibió hace poco al presidente Juan Manuel Santos y al expresidente Álvaro Uribe. También pidió que Venezuela ponga fin a las tensiones y edifique un futuro.
El Pontífice dedicó un espacio de su discurso al conflicto entre Israel y Palestina, una solución de paz que no llega, que se halla detenida en las conversaciones y que ha generado especiales tensiones. Ambos pueblos comparten territorios; muchas personas palestinas viven en Israel e israelíes viven en Palestina. Esa es una de las cuentas pendientes de la comunidad internacional, que ha mostrado tensiones a alto nivel diplomático como las ocurridas en Naciones Unidas esta semana.
Una vez más el Papa dejó oír su voz de buena voluntad.