Cuando esta noche se conozcan los resultados de las encuestas a boca de urna, el pueblo peruano sabrá con certeza el nombre de los dos candidatos que disputarán en breve la segunda vuelta.
Por ahora -y si no se presentan mayores sorpresas- Keiko Fujimori, hija del expresidente en prisión, tiene la primera opción. La disputa sería por el segundo lugar, entre un economista serio y ortodoxo como Pedro Pablo Kuczynski y la izquierdista Verónika Mendoza, del Frente Amplio, una revelación política. Podrían llamar la atención las pocas preferencias que acopian esta vez dos expresidentes: Alejandro Toledo y Alan García.
La verdad es que Ollanta Humala, fuera de todo pronóstico, ayudó a dar continuidad a una estabilidad democrática deseable en un país donde la inequidad sigue siendo la gran deuda social. Cierto es, además, que sus antecesores Toledo y García contribuyeron a ese propósito.
Perú camina en una economía abierta y busca consolidarse. Keiko Sofía Fujimori, ya se ha dicho, carga con la mochila de un padre en prisión imputado por crímenes de lesa humanidad, en su lucha contra el terrorismo que ensangrentó a Perú. El expresidente, convertido un 5 de abril en dictador, tuvo su propia sombra: la corrupción de Vladimiro Montesinos. La hija de Fujimori también cuenta con una montaña de apoyos en este su segundo intento de hoy, y ha trazado una hoja de ruta para tratar de dar certezas.