EL COMERCIO hace un aporte a la conmemoración

Es verdad. El Bicentenario -más que una fiesta- es una conmemoración, un recuerdo de la lucha por la libertad; de la revolución (palabra que muchas veces los políticos mal utilizan y abusan). También es un motivo para revivir la historia y, como tal, EL COMERCIO ha optado por compartir con sus lectores, audiencia y comunidad materiales para su análisis y crítica sobre lo ocurrido hace 200 años.

Nuestra propuesta editorial empezó el 11 de febrero con Rumbo al Bicentenario. Se trata de una serie de publicaciones sobre los personajes olvidados de la independencia. Se contó -por ejemplo- el rol de las comunidades indígenas, el de las guarichas, el de los negros o el de un fray en el proceso libertario que terminó en las faldas del Pichincha en 1822.

La serie periodística coincidió con la visión que el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y forma parte de su muestra ‘¿Héroes? Una mirada desde el Bicentenario’ que está exhibición en sus instalaciones hasta finales de julio.

El diario Últimas Noticias también aportó con un especial publicado el pasado viernes e involucró nuevas voces al relato del histórico. Hoy, ustedes -queridos y críticos lectores- pueden encontrar desde una crónica en el colegio 24 de Mayo en la revista Familia hasta un documento multiplataforma en EL COMERCIO con muchas visiones sobre el proceso de libertad. Las publicaciones seguirán hasta el próximo 24 de mayo, fecha de conmemoración del bicentenario.

La historia, en gran medida, ayuda a que las nuevas generaciones desarrollen un pensamiento crítico. Parecería que hoy en día están encandiladas en otros aspectos propios del desarrollo de la era de las redes sociales o la sociedad y sus instituciones no han sabido encontrar el camino para que ellas se interesen por esa historia que ayuda a desarrollar más pensamientos críticos. La responsabilidad de recordar los hechos históricos es de todos, incluida la nuestra; la de los medios de comunicación. Muchas veces la coyuntura se impone y los escándalos de los políticos se quieren robar las primeras páginas.

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