El voto juvenil

El interés de los jóvenes en la política es una materia de estudio cada vez más importante para partidos y movimientos.

De esos datos y esa lógica, que debe ser probada en campo constantemente, nacerán las estrategias de las campañas dirigidas a un sector de votantes que en el Ecuador del presente bordea el 24% de la población en edad de votar.
Con el voto optativo de los jóvenes entre 16 y 18 años, ese potencial ha venido creciendo. Los dos últimos procesos electorales ya han incorporado ese segmento del voto juvenil.

Sin embargo, no está claro si todos los partidos y movimientos desagregan esta realidad que parte de la composición etaria de la sociedad, para trazar estrategias que lleguen cada vez más y mejor con discursos convincentes. Habrá un cierto prurito sobre la confusión entre el trabajo político y el mercadeo.

Pero es verdad, de acuerdo a un reportaje publicado en este Diario, que la juventud será influyente en la próxima campaña electoral. También es cierto que al menos dos de las organizaciones más grandes valoran de modo parecido la participación de los jóvenes y que las nuevas condiciones de la sociedad buscan llegar con mensajes eficaces con el uso de las redes sociales.

Pero el tema no debiera ser solo captar el voto juvenil para ampliar el caudal. No, se trata de la incorporación de los jóvenes a las tareas de producción, al debate de la sociedad y a una vida cívica productiva e intelectual, activa y sustanciosa. Ese es el reto verdadero.

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