Renovación transparente

Hacia el mes de diciembre se calcula que el país conocerá los nombres de los dos primeros vocales del Consejo Nacional Electoral que se renovarán.

Su designación es importante, toda vez que durante estos años varios sectores sociales y políticos han cuestionado la falta de independencia con que ha actuado el máximo organismo del sufragio.

Sus acciones en temas como la supuesta presentación de firmas falsas; los límites que nunca se impusieron a la propaganda oficial durante la época de los comicios; los exhortos, y la descalificación de las firmas presentadas por el colectivo Yasunidos, han sembrado dudas.

El tema cobra importancia cuando se ha divulgado el listado de nombres que conforman la Comisión de Selección del Consejo de Participación Ciudadana. La invocada premisa de la participación ciudadana naufraga cuando los miembros de esta comisión han tenido evidentes vínculos con el Ejecutivo, el Legislativo o algunos de los otros poderes del Estado y, más allá de sus hojas de vida, su independencia no es notoria.

Mal pueden unos comisionados que no son independientes actuar libremente, y mucho menos elegir vocales independientes de verdad.

Si antes se cuestionó la injerencia de varios partidos políticos en la Función Electoral, hoy se critica la influencia de un solo poder, una sola visión, vinculada al Ejecutivo, en un modelo de concentración de poderes que torna dudosa la cultura democrática.

No se guardan siquiera las formas.

Suplementos digitales