La capital fue declarada en emergencia. La decisión atiende a un invierno duro que ha causado estragos y destrozos físicos.
El alcalde Metropolitano, Mauricio Rodas, decidió adoptar la emergencia para movilizar recursos humanos, logísticos y económicos con mayor prontitud de la acostumbrada.
Desde octubre, cuando empezó la temporada invernal, se han recibido 449 llamadas de emergencia en Quito.
Enero fue un mes difícil, febrero lo fue más, y marzo ha desbordado todo pronóstico. Los niveles de pluviosidad que ha registrado la capital, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología, han casi duplicado los índices del año pasado en similares períodos.
La inundación de ayer, que bloqueó durante un buen tiempo una de las principales vías de circulación del Trole, mostró lo crítico de la situación. Con inundaciones que interrumpen el tránsito en vías importantes y producen accidentes; con deslaves en vías periféricas y derrumbes que han afectado edificaciones y causado pérdidas materiales significativas para varias familias -al punto que se piensa en su reubicación-, la emergencia se justifica.
La decisión adoptada permitirá a la administración contar con USD 2 millones adicionales a aquellos USD 14,7 millones que se han destinado a las tareas de rescate y reconstrucción.
Ahora que se ha declarado la emergencia, es imprescindible que el operativo de la Municipalidad para atender las múltiples demandas sea expedito.