Mientras las decisiones para adelantar la selección de la empresa operadora siguen su lenta marcha, la fijación de una tarifa integrada y el monto del subsidio municipal están en análisis.
La ciudad de Quito espera con cierto grado de ansiedad la entrada de operación del Metro dilatada exageradamente.
Cuando está en marcha el proceso de selección de la empresa operadora, la ciudadanía está vigilante de la mejor elección del Cabildo.
Mientras, los comités técnicos han escrito y presentado estudios de alternativas tarifarias para el sistema.
Una primera premisa es que debiera ser un sistema integrado, que contemple alimentadores, los demás servicios municipales de transporte -Trole y Ecovía – y por supuesto el Metro propiamente dicho.
Hay dos extremos entre las cinco alternativas presentadas. Pasaje más alto y menor subsidio municipal, hasta la del pasaje más bajo y un mayor subsidio municipal. La propuesta del gerente del Metro es un punto medio de una tarifa integrada de USD 0,75 que llegaría a un subsidio anual de USD 26,3 millones.
Los técnicos aconsejan tener como referente principal al Metro de Medellín. En ese sistema se articula el metro propiamente dicho, el complejo y extenso sistema de cables aéreos que sube a las zonas altas y decenas de barrios periféricos, los buses y hasta el tren. Para Medellín la tarifa es de USD 0,80, mayor que la sugerida para Quito, y eso que en nuestro país el salario es mayor que en Colombia.
Una observación edilicia es que el sistema de transporte público debe tomar en cuenta la realidad social y económica de los potenciales usuarios y que una tarifa muy alta, acaso, no la podrían pagar.
Eso es apenas obvio, si la mayoría de personas en todo el mundo utiliza el transporte público por no tener vehículo particular, no poder pagarlo ni asumir el costo de los taxis. Eso exige tener un transporte de calidad, seguro, limpio y ordenado.
Se trata de que el Metro y el sistema integrado sean un beneficio para las grandes mayorías de los vecinos de Quito y sus alrededores. Solo quien sabe el valor del tiempo puede poner en perspectiva el que los usuarios que ahora hacen viajes de hasta dos horas en cada jornada puedan ver un cambio en su estilo de vida.