Si bien hay un esfuerzo por bajar el gasto público en salarios, los desequilibrios fiscales no se han corregido y es probable que aumenten, lo que explica el alto riesgo país: 1 461 puntos.
Los efectos del nuevo coronavirus y la desaceleración económica que vive el país pasaron factura a la caja fiscal en los dos primeros meses del presente año. La política de austeridad del Gobierno, que se refleja en una contracción del gasto de inversión -y ahora también en una reducción del gasto en salarios- ha sido un paliativo.
El 2020 ya se advertía difícil para el país, pero se complicó tras la aparición de una variable que no estaba en el radar de ninguna autoridad local o internacional: el covid-19.
El impacto de la epidemia es mundial, sin embargo, la capacidad de respuesta es diferente en cada país, y depende de su solidez económica.
Si los gobiernos manejaron con prudencia los recursos fiscales y ahorraron durante el tiempo de bonanza, ahora estarán en mejor posición de afrontar, por ejemplo, la caída del precio del petróleo.
Ecuador no ahorró para afrontar un shock externo y más bien acumuló desequilibrios fiscales desde el 2013, que se evidenciaron en altos déficits producto del elevado gasto público, que a su vez se tradujo en un acelerado endeudamiento.
Para las finanzas públicas del país, el principal impacto del covid-19 ha sido la caída del precio del petróleo. El Gobierno presupuestó USD 51,3 por barril para este año. En enero promedió USD 50,9 y hasta el 20 de febrero pasado cayó a 46,3 por barril.
A lo anterior hay que sumar la contracción económica del país, que se traduce en menos consumo, menos ventas y menos recaudaciones de impuestos. La reciente reforma tributaria, que entre otras cosas eliminó el pago del anticipo del impuesto a la renta, restará liquidez al fisco, pero se crearon nuevos impuestos cuyo efecto neto será una inyección de USD 566 millones este año.
Hasta febrero pasado, sin embargo, los ingresos tributarios sumaron USD 2 237 millones, un 8% menos respecto a igual período del 2019.
Si bien se observa un esfuerzo por bajar el gasto público en salarios, los desequilibrios fiscales no se han corregido y es probable que aumenten, lo cual explica el alto riesgo país, que el lunes cerró en 1 461 puntos.