Otra de las leyes aprobadas a última hora, que evidencia el desesperado intento de la Asamblea por lavar la imagen y la crítica, es de la violencia sexual ejercida de forma digital.
El principio de establecer normas de cuidado y protección de la intimidad es sano y, en vista de acciones perpetradas a manera de agresión sexual digital durante la pandemia, es algo que vale la pena regular con el establecimiento de penas rigurosas.
Por esa ley votaron 107 asambleístas a favor y cuatro en contra, pero el cuerpo de algo más de 30 artículos contiene otros aspectos preocupantes que han llamado la atención de diferentes estamentos como la Fiscalía General y asociaciones de prensa a escala nacional y mundial.
Los artículos 178 y 179, al querer proteger la intimidad, impiden el uso de grabaciones, videos u otras evidencias que en una causa penal pueden ser materia probatoria sustancial, sin las cuales no sería posible probar la comisión de ciertos delitos, de corrupción, por ejemplo.
La Fiscalía pide al Presidente el veto de la norma aprobada en la Asamblea Nacional al respecto.
Mientras tanto que grupos como la Federación Nacional de Periodistas y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sostienen que la aplicación de dichas normas pondría una severa cortapisa a la libertad de expresión al bloquear cualquier investigación periodística que emplee los métodos mencionados.
La evaluación cabal de la información que corresponde al espacio de lo público pasa por criterios deontológicos, y el bloqueo al uso y divulgación de este tipo de informaciones puede facilitar la impunidad en un país falto de transparencia como ha sido el nuestro. Piden el veto total.
Tras la aprobación de la ley hay posturas encontradas y hasta enconadas entre legisladores que manejaron la norma propuesta y aprobada y tuvieron sus tesis divergentes.
El presidente electo quiere derogar la Ley de Comunicación, formular una en pro de la libertad y formar otra comisión internacional contra la corrupción pública. Hasta tanto, es bueno frenar la actual ligereza.