El relanzamiento de las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos es un punto importante que demanda seguimiento y concreciones.
Esta gestión se suma a los retos internos acumulados. El principal: activar la economía, superar el déficit y dar empleo. Mantener el acuerdo con el FMI y asegurar recursos es indispensable para salvar la crisis.
La monetización o asociación público privada para operar empresas estatales es un tema pendiente. También hay algunas reformas importantes como por ejemplo la laboral, que siempre despierta polémica.
La Asamblea le debe a la sociedad una sistematización de su trabajo y claridad en las posturas políticas. Si tuvo problemas en organizarse tras el cambio de autoridades, también algunos episodios dejan en entredicho la coherencia política de sus integrantes, en plena precampaña.
El intento de juicio político a Diana Atamaint y los constantes roces entre vocales debilitan la imagen del Consejo Nacional Electoral. Es menester una discrepancia civilizada y democrática que no empañe el proceso electoral que empieza a fin de año y que debe ser transparente y abierto, por la consolidación del sistema y la pureza del sufragio.
Para el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, superar la vergüenza de los 10 años del correísmo es tarea prioritaria. Algunos episodios han empañado la imagen del nuevo Consejo. Hay iniciativas en el Parlamento para acortar sus funciones nominadoras y se recogen firmas para su desaparición por la vía de una consulta popular.
Y si la debilidad institucional es manifiesta tras el intento de demoler las instituciones y su credibilidad, un punto neurálgico es la Justicia.
La intensa lucha contra la corrupción que campeó en la década perdida demanda juicios justos, sentencias serias y la observación del debido proceso, así como el inalienable derecho a la defensa.
Una Justicia equilibrada e independiente es garantía de la democracia. Hoy atraviesa una dura prueba pues debe terminar de reorganizarse en todas sus instancias y dar resultados.