Vicepresidencia: una buena salida política

El país amaneció ayer con la novedad de la rápida designación de la cuarta persona que ocupa la Vicepresidencia en el período de Lenín Moreno.

María Alejandra Muñoz era la tercera de una terna que incluía a dos de los más altos exponentes del Gobierno, en este orden: María Paula Romo y Juan Sebastián Roldán. Pero los avatares de la política son así y se explican por algunas causas.

El Gobierno experimenta un desgaste evidente que se ha agudizado por la pandemia, el desempleo y la dispersión política. La gestión en la relación Ejecutivo-Legislativo alcanzó cotas nunca vistas, al punto que ni el propio bloque de Alianza País votó de manera unificada.

A la gestión friccionada por el debate de dos leyes urgentes hay que sumar las denuncias por los hospitales y la supuesta entrega de espacios de poder a varios asambleístas.

Así, lo que para muchos fue una primera sorpresa de este tiempo, llegó con la renuncia del exvicepresidente Otto Sonnenholzner, y generó un nuevo tema de discusión política.

Tras la salida del exsegundo mandatario con la intención de abrir un espacio electoral, el presidente Moreno envió a la Asamblea una terna que se presume de su alta confianza.

La fricción con el Legislativo terminó haciendo mella y la táctica de dejar pasar el tiempo para que el primer nombre entrara por el Ministerio de la Ley se volvió inviable.

La dispersión que ha sido característica de este tiempo, con mayor claridad en el Poder Legislativo, terminó atomizando al bloque de AP y dinamitando el camino elegido.

Negados los nombres de María Paula Romo y Juan Sebastián Roldán, y ante la posibilidad de una clausura de la sesión para dilatar las cosas, surgió la votación del tercer nombre de la lista presidencial.

De este modo llega al cargo una persona de bajo perfil político pero con formación académica, con experiencia en el sector público.

Esta joven guayaquileña espera tareas de Moreno. Que las cumpla con eficacia y transparencia. Y que su designación aporte para que el país se centre en las tareas pendientes.

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