Ayer se debía finiquitar el acuerdo para subir las tarifas de los buses en Quito. Es indispensable exigir un buen servicio.
La reunión del Concejo Municipal de Quito no se concretó a falta de ciertos acuerdos indispensables para que opere el alza de tarifas.
Ese aspecto siempre es polémico y llevó a algunos grupos a expresar su preocupación frente al palacio edilicio.
La verdad es que las tarifas están represadas por un tiempo exagerado y que el costo operativo sube de modo constante. Los dirigentes de choferes y propietarios de buses dicen que se trata de las tarifas más bajas de la región.
Pero el punto en el que el Consejo debe insistir es en aquel de mejora sustancial que merece la calidad del servicio.
Es inaudito que el Municipio haya empleado millones en monitoreo y en subsidios y los esfuerzos no hayan sido suficientes ni a la altura que los pasajeros piden con todo derecho.
Unidades incómodas, abarrotadas, poco cuidado del aseo, seguridad en entredicho y control mínimo frente a actos que se comenten en los buses, y atentados contra la dignidad, como manoseos y degradación a las mujeres, son aspectos inaceptables y que se debe cambiar sin más dilación. Choferes y ayudantes deben estar plenamente capacitados y ser conscientes que la amabilidad en el trato y la concordia con las personas es primordial.
Mejores tarifas: muy bien, pero con compromisos serios en pro de un servicio de calidad y controles adecuados.