Un llamado a juicio sin precedentes

El expresidente Rafael Correa, el exsecretario de Inteligencia Pablo Romero y dos expolicías fueron llamados a juicio por el secuestro de Fernando Balda.

40 días tomó la jueza de la Corte Nacional de Justicia Daniella Camacho para analizar el pedido de la Fiscalía. Pero decidió indagar el secuestro y no asociación ilícita.

Rafael Correa esta prófugo en Bélgica, país del cual es originaria su esposa y donde reside desde hace catorce meses, poco tiempo después de concluir su mandato.

En la noche del miércoles y la mañana del jueves circularon versiones contradictorias entre el propio ex jefe de Estado y su abogado Caupolicán Ochoa sobre el eventual pedido de asilo político, que según algunas fuentes ingresó a trámite en junio.

Bélgica responderá sobre el tema solo en caso de ser requerida oficialmente por la Cancillería ecuatoriana. Hasta ahora no se cuenta con información en ese sentido.

En otro frente, esta dependencia pidió y logró, empero, la extradición del ex secretario de Inteligencia Pablo Romero, quien reside en España y debiera ser capturado por la Policía y extraditado al Ecuador para responder frente a la justicia.

En los casos de Romero y Correa, la difusión roja de captura internacional de Interpol estaría operando.

Mientras los policías Diana Falcón y Raúl Chicaiza serían cooperadores eficaces para esclarecer el episodio del secuestro de Fernando Balda y seguirán siendo encauzados; hoy se encuentran detenidos. Falcón fue visitada por una asambleísta que debe rendir cuentas por el hecho, y por la asistente del abogado Ochoa.

Hoy se abre otro capítulo en el caso. Correa no podrá ser juzgado en ausencia por el presunto delito, por lo que su expediente queda suspendido hasta que retorne al Ecuador o hasta que la causa prescriba en función de la legislación penal.

Hay otros temas pendientes por resolver en el ámbito judicial y que atañen a varios de los más altos cargos del Régimen anterior imputados por presuntos delitos de corrupción. Algunos están en la cárcel y otros siguen prófugos de la justicia.

Suplementos digitales