Cuando los datos apuntan a un crecimiento de contagios por la pandemia y se reproducen mutaciones del virus y nuevas cepas en el planeta, en el país la autoridad se debilitó, a diferencia de lo que pasa en otros lados.
Una constatación es la advertencia, casi desesperada aunque insistente y admonitoria, de los riesgos para la salud y la vida que hace con cierta periodicidad el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional.
Esa realidad da a los municipios, con todas sus pifias, bastonazos de ciego, limitaciones y hasta ocurrencias en algunos casos, un poder de decisión por fuera de la entidad.
Así, como si de un archipiélago con islas inconexas se tratase, cada cual emite resoluciones y aplica restricciones sin mucho fundamento técnico y en el mejor de los casos con un voluntarismo insuficiente frente a los estragos reales del covid-19.
El poder, influencia y autoridad del ente responsable que hace esfuerzos por advertir a la población contra las aglomeraciones, los sistemas de distancia personal, higiene y uso de mascarillas ha quedado superado por las circunstancias jurídicas.
La Corte Constitucional, con fallo dividido de sus magistrados, derogó el decreto del estado de excepción. La gestión política y de cabildeo legítimo y el poder de argumentación del Ejecutivo y sus funcionarios no alcanzaron para sostener medida.
El problema es que el corte abrupto de fiestas, el toque de queda y los esfuerzos por detener la expansión del virus fueron incomprendidos por una población que quería celebrar Navidad y fin de año, como siempre, sin importar las consecuencias.
Además, el golpe evidente a los restaurantes y hoteles afectó a la economía que sufrió otro parón y que ahora demanda medidas de auxilio emergentes y ayudas importantes.
Pero cuando las camas de los hospitales se vuelven a colmar, las Unidades de Cuidados Intensivos en algunas ciudades ya se muestran al límite, las herramientas para nuevas acciones no son claras. La dinámica del exhorto no alcanza para frenar la pandemia. El libre albedrío no alcanza tampoco para contener el virus.